El pasado Sábado 7 del mes en curso, en el Monasterio de las Hermanas Carmelitas Descalzas de Los Chorros, tuvo lugar la Vigilia de Pentecostés, con la asistencia de un entusiasta grupo de participantes, la cálida compañía y dirección de las Hermanas del Monasterio y la oportuna animación de los jóvenes del
Grupo Juvenil Karmel.
La Vigilia se inició en un ambiente de acogedora penumbra, resaltando con esta semblanza la actitud inicial del cristiano al acercarse a Dios, con sus dudas e incertidumbres y así, progresivamente, el ambiente fue cambiando hasta convertirse en una fiesta iluminada, claro reflejo del encuentro entre Dios y el hombre
Hubo reflexiones, cantos, diapositivas y representaciones.
Cerca de medianoche en un acto lleno de significados, las Hermanas del Monasterio, "repartieron" entre todos los asistentes los Siete Dones del Espíritu Santo, para luego dar una breve explicación de los mismos, referidos a las Catequesis que sobre ellos dictara el Papa Francisco.
- El Don de Ciencia viene del Espíritu Santo y no se limita al conocimiento humano, porque es un don especial que nos lleva a percibir, a través de la creación, la
grandeza y el Amor de Dios y su relación profunda con cada criatura. Cuando
nuestros ojos son iluminados por la Ciencia del Espíritu Santo, se abren a la
contemplación de Dios en la belleza de la naturaleza y en la grandiosidad del
cosmos y nos llevan a descubrir cómo cada cosa nos habla de Él, de su amor.
¡Todo esto suscita en nosotros gran estupor y un profundo
sentido de gratitud!
- El Don de la Sabiduría es una gracia que nos permite
ver las cosas con los ojos de Dios, a sentir como Dios y a hablar con sus
palabras. Y obviamente que este don viene de la intimidad con Dios, de la
relación íntima que tenemos con Él, de la relación de hijos con el Padre. Allí es cuando el Espíritu Santo nos da el don de la
sabiduría. Cuando estamos en comunión con el Señor, el Espíritu Santo es como
si transfigurase nuestro corazón y le hiciera percibir todo su calor y su
predilección”
-El Don de Piedad, no significa tener
compasión, poner “cara de estampita” o fingir ser santo, sino un “auténtico
espíritu religioso, de confianza filial con Dios, es la capacidad de
rezarle con el amor y sencillez que caracteriza a los humildes de corazón”.
- El Don de Entendimiento está estrechamente
relacionado con la fe. Cuando el Espíritu Santo habita en nuestro corazón e
ilumina nuestra mente, nos hace crecer día a día en la comprensión de lo que el
Señor ha dicho y hecho. El mismo Jesús ha dicho a sus discípulos: Yo les
enviaré el Espíritu Santo y él les hará entender todo lo que yo les he
enseñado.
- Sobre el Don de Fortaleza, no se debe creer que sea necesario solamente en algunas ocasiones o situaciones particulares. Dice el Papa Francisco que, en todos los
días de la vida cotidiana tenemos que ser fuertes, tenemos necesidad de esta
Fortaleza para llevar adelante nuestra vida, nuestra familia, nuestra fe.
- A través del Don
de Consejo, es Dios mismo, con el
Espíritu Santo, quien ilumina nuestro corazón, para hacernos comprender el modo
justo de hablar y de comportarnos y el camino a seguir. El actúa en el momento en que lo recibimos y lo acogemos en nuestro
corazón, el Espíritu Santo comienza inmediatamente a hacernos sensibles a su
voz y a orientar nuestros pensamientos, nuestros sentimientos y nuestras
intenciones según el corazón de Dios. Al mismo tiempo, nos lleva siempre más a
dirigir la mirada interior sobre Jesús, como modelo de nuestro modo de actuar y
de relacionarnos con Dios Padre y con los hermanos.
- El Don del Temor de Dios es el principio del amor. Esa temerosidad, es cuidar de no faltar el respeto. Abraham es el lugar bíblico de referencia en esa intercesión porfiante donde se presenta ese respetuoso Temor de Dios. Ese santo temor de Dios, no le quita nada de confianza y en un coraje respetuoso habla con Dios. “no se enfade mi Señor” “no lo tome a mal”. Es ese respeto que nuestro pueblo de alguna manera en su sabiduría, lo acuña en la siguiente frase “Cuidado, con Dios no se juega. A Dios no lo vas a engañar”. Eso es un respeto inicial del amor y del dialogo con Dios.
- El Don del Temor de Dios es el principio del amor. Esa temerosidad, es cuidar de no faltar el respeto. Abraham es el lugar bíblico de referencia en esa intercesión porfiante donde se presenta ese respetuoso Temor de Dios. Ese santo temor de Dios, no le quita nada de confianza y en un coraje respetuoso habla con Dios. “no se enfade mi Señor” “no lo tome a mal”. Es ese respeto que nuestro pueblo de alguna manera en su sabiduría, lo acuña en la siguiente frase “Cuidado, con Dios no se juega. A Dios no lo vas a engañar”. Eso es un respeto inicial del amor y del dialogo con Dios.
Luego de un animado receso se reanudó la Vigilia con la Exposición del Santísimo Sacramento, hasta las 5:30 de la mañana, hora en la que con la oración de los Laudes, finalizó la Vigilia con un fraternal y caluroso abrazo de paz.
Agradecemos a las Hermanas Carmelitas Descalzas de Los Chorros y al Grupo Juvenil Karmel su disponibilidad y solidaridad al brindarnos este espacio de encuentro lleno de alegría, hermandad y de vivencias interiores.
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