Wednesday, September 30, 2015

La florecilla de Jesús



                                              
      "Yo no muero, entro en la vida"
      Santa Teresita del Niño Jesús  y la Santa Faz 

  S              
"Siempre he deseado ser una santa, pero por desgracia siempre he constatado, cuando me he parangonado a los santos, que entre ellos y yo, hay la misma diferencia que hay entre una montaña, cuya cima se pierde en el cielo y el grano de arena pisoteado por los pies de los que pasan.
En vez de desanimarme, me he dicho: el Buen Dios no puede inspirar deseos irrealizables, por eso puedo, a pesar de mi pequeñez, aspirar a la santidad, llegar a ser más grande me es imposible, he de soportarme tal y como soy, con todas mis imperfecciones, sin embargo, quiero buscar el medio de ir al cielo por un camino bien derecho, muy breve, un pequeño camino completamente nuevo.
Quisiera yo también encontrar un ascensor para elevarme hasta Jesús, porque soy demasiado pequeña para subir la dura escalera de la perfección".



Teresa Marín, nació en Alecón, Francia el 2 de Enero de 1873. Sus padres fueron Luis Martin y Acelia María Guerin, ambos venerables. 
A los 14 años fue a Roma a una peregrinación con su padre, e impaciente por seguir a sus hermanas, que habían entrado a un Convento Carmelita, rompió la regla de silencio en presencia del Papa León XIII y le pidió permiso para entrar al Carmelo. 
"Entrarás si es la voluntad de Dios", le contestó el Papa.
Y la niña terminó la peregrinación con el espíritu contento y lleno de esperanza
A los 15 años ingresó al convento Carmelita donde estaban sus hermanas, con un permiso especial del Obispo y profesó el 24 de Septiembre de 1890. Tenía 17 años.

A través de su autobiografía "Historia de un alma", donde narra su propia experiencia espiritual, millones de personas han tenido la dicha de conocer su vida de dones y virtudes, que ha sido y es un ejemplo de santidad.

Santa Teresita murió el año 1897 y en 1925 el Papa Pío XI la canonizó y más tarde la proclamaría Patrona Universal de las Misiones, la llamó "la estrella de mi pontificado" y definió como "un huracán de gloria", el movimiento universal de afecto y devoción que acompañó a esta joven Carmelita, quien fue proclamada "Doctora de la Iglesia", por el Papa Juan Pablo II, el 19 de Octubre de 1997 (Día de las Misiones).
Incontables peregrinos visitan anualmente el convento Carmelita de Lisieux, Francia.


La Iglesia celebra la festividad de Santa Teresa de Lisieux el 1ero de Octubre, reconoce la enseñanza profunda y valiosa del "caminito" de Teresita y nos llama a aceptar nuestras propias limitaciones, así como a entregar lo que tengamos, sin importar lo pequeña que sea nuestra ofrenda. 


¡Oh Santa Teresita del Niño Jesús,
modelo de humildad, de confianza y de amor!
Desde lo alto de los cielos, deshoja sobre nosotros
esas rosas que llevas en tus brazos:
La rosa de la humildad 
para que rindamos nuestro orgullo.
La rosa de la confianza
 para que nos abandonemos a la voluntad de Dios.
La rosa del amor
para que abriendo nuestras almas sin medida
 a la gracia, realicemos el único fin 
para el que Dios nos ha creado:
Amarle y hacerle amar.
Tú que pasas tu cielo haciendo bien en la tierra,
ayúdanos en esta necesidad 
y concédenos del Señor lo que te pedimos.
Así sea.



Bibliog.
"Nuestra herencia Católica, tomo III"
Prensa Católica, 1973.

cpdem