"Esta semana se encamina hacia el misterio de la muerte de Jesús y de su resurrección.
Hemos escuchado la Pasión del Señor.
Nos hará bien hacernos una sola pregunta:
¿Quién soy yo?
¿Quién soy yo ante mi Señor?
¿Quién soy yo ante Jesús que entra con fiesta en Jerusalén?
¿Soy capaz de expresar mi alegría, de alabarlo?
¿O guardo las distancias?
¿Quién soy yo ante Jesús que sufre?
Hemos oído muchos nombres, tantos nombres.
El grupo de dirigentes religiosos, algunos
sacerdotes, algunos fariseos, algunos maestros de la ley que habían decidido matarlo.
Estaban esperando la oportunidad de apresarlo.
¿Soy yo como uno de ellos?
También hemos oído otro nombre:
Judas. 30 monedas. ¿Yo soy como Judas? "
Extracto de Homilía del Papa Francisco. Domingo de Ramos. Plaza San Pedro 13-04-14
Cristo redimió al género humano y dió perfecta Gloria a Dios principalmente a través de su Misterio Pascual, muriendo destruyó la muerte y resucitando restauró la vida.
En el nuevo calendario y en las normas litúrgicas para la Semana Santa se establece la duración exacta del Triduo: El Triduo comienza con la Misa vespertina de la Cena del Señor, alcanza su cima en la Vigilia Pascual y se cierra con las Vísperas del Domingo de Pascua.
Esta unificación de la celebración pascual es más acorde con el espíritu del Nuevo Testamento y con la tradición cristiana primitiva.
El mismo Cristo, cuando aludía a su Pasión y Muerte, nunca las disociaba de su Resurrección.
En el Evangelio del Miércoles de la segunda semana de Cuaresma (Mt 20,17-28) habla de ellas en conjunto:
Vamos a Jerusalén. Allí el Hijo del Hombre debe ser entregado a los jefes de los sacerdotes y a los maestros de la ley que lo condenarán a muerte. Lo entregarán a los paganos para que se burlen de él, lo azoten y lo crucifiquen. Pero él resucitará al tercer día.
Por consiguiente, la Pascua cristiana consiste esencialmente en una celebración de tres días, que comprende las partes sombrías y las facetas brillantes del misterio salvífico de Cristo.
El Triduo Pascual de la Pasión y Resurrección de Cristo es la culminación de todo el año litúrgíco.
El Triduo Pascual de la Pasión y Resurrección de Cristo es la culminación de todo el año litúrgíco.
Pensamientos para el Triduo. -La unidad del misterio pascual nos dice que el dolor no solamente es seguido por el gozo, sino que ya lo contiene en sí.
-Jesús expresó esto de diferentes maneras.
Por ejemplo, en la última cena dijo a sus apóstoles:
Vosotros os entristeceréis, pero vuestra tristeza se cambiará en alegría (Jn 16,20).
-Jesús expresó esto de diferentes maneras.
Por ejemplo, en la última cena dijo a sus apóstoles:
Vosotros os entristeceréis, pero vuestra tristeza se cambiará en alegría (Jn 16,20).
-Parece como si el dolor fuese uno de los ingredientes imprescindibles para forjar la alegría.
La metáfora de la mujer con dolores de parto lo expresa maravillosamente. Su dolor, efectivamente, engendra alegría, la alegría "de que al mundo le ha nacido un hombre".
-La Resurrección es nuestra pascua; es un paso de la muerte a la vida, de la oscuridad a la luz, del ayuno a la fiesta.
El Señor dijo: Tú, en cambio, cuando ayunes, úngete la cabeza y lávate la cara (Mt 6,17).
El ayuno es el comienzo de la fiesta.
El ayuno es el comienzo de la fiesta.
-El sufrimiento no es bueno en sí mismo, por tanto, no debemos buscarlo como tal. La postura cristiana referente a él es positiva y realista.
En la vida de Cristo, y sobre todo en su Cruz, vemos su valor redentor.
-El Crucifijo no debe reducirse a un doloroso recuerdo de lo mucho que Jesús sufrió por nosotros.
-El Crucifijo no debe reducirse a un doloroso recuerdo de lo mucho que Jesús sufrió por nosotros.
Es un objeto en el que podemos gloriarnos porque está transfigurado por la Gloria de la Resurrección.
-Nuestras vidas están entretejidas de gozo y de dolor. Huir del dolor y las penas a toda costa y buscar gozo y placer por sí mismos son actitudes equivocadas.
-El camino cristiano es el camino iluminado por las enseñanzas y ejemplos de Jesús.
Es el camino de la Cruz, que es también el de la Resurrección, es olvido de sí, es perderse por Cristo, es vida que brota de la muerte.
-El Misterio Pascual que celebramos en los días del Sagrado Triduo es la pauta y el programa que, definitivamente, debemos seguir en nuestras vidas.
-Nuestras vidas están entretejidas de gozo y de dolor. Huir del dolor y las penas a toda costa y buscar gozo y placer por sí mismos son actitudes equivocadas.
-El camino cristiano es el camino iluminado por las enseñanzas y ejemplos de Jesús.
Es el camino de la Cruz, que es también el de la Resurrección, es olvido de sí, es perderse por Cristo, es vida que brota de la muerte.
-El Misterio Pascual que celebramos en los días del Sagrado Triduo es la pauta y el programa que, definitivamente, debemos seguir en nuestras vidas.
Bib.
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Aci-prensa.
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