Pintura de Dalí, inspirada en un dibujo de San Juan de la Cruz |
El mayor pecado de la historia humana
-la Crucifixión del Hijo de Dios-
se convierte en el mayor acto de Amor Misericordioso y de poder Divino.
"La Cruz es el medio por el que somos salvados,
por el que llegamos a ser partícipes
de la naturaleza Divina"
(2da. Pedro 1,4)
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Domingo de Ramos.
Este día abre solemnemente la Semana Santa con el recuerdo de la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén para celebrar la Pascua.
El pueblo lleno de fervor lo aclamaba como Rey, tendían sus mantos y palmas a su paso y lo vitoreaban exclamando con júbilo:
¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!
(Mc 11,1.10)
Los próximos días, Lunes, Martes y Miércoles Santos, que van hasta el Jueves Santo, justo antes de la Misa de la Cena del Señor, pertenecen al tiempo cuaresmal.
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La Pascua era un tiempo festivo en que los judíos se reunían para comer cordero asado, pan ázimo y hierbas amargas, recitaban, cantaban Salmos, brindaban y celebraban la liberación de la esclavitud.**************
Domingo de Ramos.
Este día abre solemnemente la Semana Santa con el recuerdo de la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén para celebrar la Pascua.
El pueblo lleno de fervor lo aclamaba como Rey, tendían sus mantos y palmas a su paso y lo vitoreaban exclamando con júbilo:
¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!
(Mc 11,1.10)
Los próximos días, Lunes, Martes y Miércoles Santos, que van hasta el Jueves Santo, justo antes de la Misa de la Cena del Señor, pertenecen al tiempo cuaresmal.
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Hay una continuidad histórica-religiosa entre la Pascua judía y la Pascua Cristiana.
Jesús igual que otros judíos, celebraba en familia cada año, en Jerusalén, la Cena de Pascua y observaba las leyes que se referían al sacrificio pascual, que ofrecía Israel.
Más tarde Jesús compartiría la tradicional cena con sus discípulos.
Comer el cordero de pascua, no era una escogencia personal, era más bien la única forma en la que un judío cumplidor de la ley, podía renovar su Alianza con Dios.
El vocablo pascua, viene del latín pascáe que significa paso.
El Antiguo Testamento narra la historia de la muerte de los primogénitos de los egipcios, por la negativa del faraón y su pueblo de liberar a los hijos de Israel.
Dios salvó la vida a los primogénitos de los israelitas, cuando mandó al pueblo a que comieran el cordero y marcaran con su sangre los dinteles de las casas para que el ángel exterminador les perdonara la vida.
La Pascua fué un acto de redención. Fué el tiempo que Dios escogió para sacar definitivamente a los israelitas de su cautiverio en Egipto.
El cordero sacrificado moría a modo de rescate en lugar del primogénito de la casa.
Dios no sólo rescató a los
hijos primogénitos de Israel, también los consagró como un:
"reino de sacerdotes, una nación santa". (Ex 19,6).
La Pascua tiene un profundo simbolismo ya que la muerte de Cristo cumple la Antigua Ley, en relación al cordero pascual que los judíos comían.
Para Jesús esta ley era prioritaria en su misión redentora.
Cristo es inmolado el mismo día de la pascua judía en que se sacrificaban los corderos en el Templo.
Jesús es el Cordero de Dios, el que quita los pecados del mundo.
Pascua es el Paso de Cristo. Él ha pasado de la muerte a la vida, de la tristeza a la alegría.
Con Su Resurreción Jesús nos regaló la vida eterna.
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El Triduo Pascual
Es la culminación de todo el año litúrgico.
Conforma los tres grandes Misterios de la Redención: Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo y abarca la totalidad del Misterio Pascual.
"Lo condenarán a muerte y lo entregarán a los gentiles para que se burlen de él, lo azoten y lo crucifiquen y al tercer día resucitará".
(Mt. 20,17-28)
San Agustín, en una de sus cartas, concibe el Triduo Pascual como un todo que incluye el sufrimiento de Jesús y también su Glorificación.
"Son los tres Sacratísimos días de la Crucifixión, Sepultura y Resurrección de Cristo".
Jesucristo, cuando hablaba de su Pasión y Muerte, siempre las asociaba a su Resurrección.
La Iglesia celebra el Triduo Pascual, iniciándolo el Jueves Santo como conmemoración a la celebración de la Cena Pascual Judía de Cristo, con sus discípulos.
En esta ceremonia el Cordero que se ofrece para el sacrificio es el mismo Jesucristo.
El Triduo Pascual alcanza su máxima expresión en la noche del Sábado con la Vigilia Pascual.
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Jueves Santo.
Comienza el Triduo Pascual.
Durante la celebración de la Última Cena, el Señor les lavó los pies a sus Apóstoles, en un gesto de amor, humildad y servicio.
En este Jueves Santo, El Señor nos dejó Su Cuerpo y Su Sangre en el Pan y en el Vino, instituyó la Eucaristía y el Sacramento del Sacerdocio.
Al finalizar la Cena Jesús se retiró al Huerto de Los Olivos y pasó la noche lleno de angustia, velando y orándole al Padre.
La noche tiende su sombra sobre la escena más dolorosa de la historia.
Poco después de la medianoche, los fariseos irrumpen en Getsemaní y arrestan a Jesús.
Viernes Santo.
En la madrugada de este día, llevaron a Jesús, ante Herodes y luego a presencia de Pilato (o Pilatos), para que lo interrogaran.
A pesar de no encontrarle ninguna culpa y sin mediar ningún juicio, el procurador romano entrega a Jesús a la voluntad de un pueblo enardecido y hostil que desea su muerte, la que Él aceptó con sabiduría, entrega y paz, para la Gloria de Dios y para nuestra salvación.
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El que no ha venido a juzgar sino a salvar, es sometido a una injusticia y desde ella se realiza la Redención.
El Eterno Amor obra la salvación por medio de la injusticia humana.
Jesús es salvajemente flagelado, lo coronan de espinas, le hacen llevar una pesada cruz sobre sus hombros y lo crucifican en un paraje llamado Gólgota, o lugar de la calavera.
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Cuando el desaliento o la desesperanza nos acompañen, volvamos nuestra mirada y nuestro corazón a Jesús quien cayendo una y otra vez, asume la caída trágica de los pecadores.
Desde su sufrimiento, El nos dice "no lloren", "no teman" el mal no ha de triunfar.
María su afligidísima Madre, Corredentora de la humanidad, quien edificó su vida desde la fe.
La acompañan Juan, el discípulo amado, María Magdalena y un pequeño grupo de amigos.
Durante tres horas Jesús sufre penas indecibles y muere en la cruz, por nuestros pecados.
En la tarde, Cristo vuelve a los brazos de su Madre, quien lo ungió con aromas y luego sus amigos lo llevaron al sepulcro.
Una espada ha atravesado el alma de la Dolorosa.
La muerte de Jesús se renueva diariamente sobre los altares.
¡Concédenos Señor! la devoción a la Santa Misa con la disposición que tuvo tu Santa Madre al pie de la Cruz.
"Que sepamos vivir la Eucaristía con más fruto y profundidad, como participación temporal del culto del Cielo.
Juan Pablo II ha llamado a la Misa "el Cielo en la tierra" y explica que "la liturgia que celebramos en la tierra es una misteriosa participación en la liturgia celestial".
(La Cena del Cordero. Scott Hanh. 14a edición).
Sábado Santo.
Este es un día de recogimiento, meditación y de un silencio expectante y lleno de esperanza por la Resurreción de Cristo.
En la noche se conmemora la Gloriosa Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.
Esta noche el celebrante realiza solemnemente, como comienzo de la Vigilia Pascual, la bendición del fuego.
De inmediato el Sacerdote procede a encender el Cirio Pascual que representa la Luz de Cristo.
Los feligreses encienden sus velas del Cirio Pascual y comienza la Liturgia de la Palabra.
A continuación el sacerdote bendice el agua y continúa la Celebración de la Eucaristía.
Domingo de Pascua de Resurrección.
El lo hizo todo por Amor, la única fuerza que puede llevar al ser humano a prescindir de sí mismo.
"Pasado el Sábado, al despertar el alba, fueron María Magdalena y la otra María a ver el sepulcro. De pronto hubo un gran terremoto: un Ángel del Señor bajó del cielo, rodó la piedra y se sentó en ella.
Su aspecto era como un relámpago y sus ropas blancas como la nieve. Los guardas temblaron de miedo y quedaron como muertos.
El Ángel dijo a las mujeres¨: "No teman, sé que buscan a Jesús crucificado. No está aquí. Resucitó como dijo" (Mt. 28, 1-6).
La Resurrección de Jesús nos da la certeza de que está vivo, que está a nuestro lado y nos dice como a los discípulos de Emaús, que el fracaso, el desaliento, la desesperanza y la muerte no deben tener cabida en el corazón de sus amigos.
"Cristo muriendo destruyó la muerte y resucitando restauró la vida"
Algunas imágenes han sido tomadas de diferentes páginas católicas de Internet.